12 dic 2011

Los Guerreros del Sharingan - Introducción - RE EDICIÓN -

"LOS GUERREROS DEL SHARINGAN”




 Sebastian Phantomhive, un hombre de 32 años

es entrevistado por un periodista sensacionalista,

en un mundo mágico, lleno de secretos ,

 reprimido por su reino y

azotado por una guerra reciente..



Nuestra historia comienza dentro de TSUKI un mundo muy diferente y extraño, en el solo se conocía una ciudad de nombre VALQUIRIA, esta ciudad medianamente poblada, en esta ciudad destacaban dos hogares, el primero era el palacio muy llamativo de la familia real, los gobernantes de aquella ciudad, habitada por la familia Trancy reyes únicos y absolutos de ese mundo, el segundo era la mansión Phantomhive, propiedad del segundo hombre mas rico de la ciudad de tras de la familia Trancy, solo por unos pocos millones, en esta mansión es donde todo comienza.

En un día común como todos los últimos en Valquiria un hombre de traje con una mochila colgada en el hombro izquierdo tocaba a las puertas de la mansión Phantomhive, quedando impresionado por la hermosura de el inmenso jardín y la rejilla negra  que indicaba la separación de la casa y la calle. Después de exactos 30 segundos un elegante mayordomo de una edad elevada atendía a aquel hombre que dejaba ver en su rostro entusiasmo y nerviosismo.

- Si, ¿Que desea?- pregunta el mayordomo con gran atención.

- Hola, buenas tardes, soy Gurrel Cleen, periodista de el periódico AKATSUKI, y vine por una entrevista con el señor Sebastian Phantomhive – respondió nervioso aquel hombre.

- De acuerdo, adelante – ambos hombres se dirigieron al interior de la mansión, aquellas puertas de madera barnizada y brillante cautivaron al visitante.

- Señor Sebastian, tiene una visita de un periodista, dice que tiene una entrevista con usted – dice el mayordoma dirigiendo su voz a la sala principal de la mansión y mirando fijamente a un hombre que le daba la espalda sentado en un sillón.
- Hazlo pasar Evan – responde aquel hombre misterioso.

- Como ordene señor – dice aquel hombre anciano, da la vuelta y se dirige a la entrada dirigiéndose hacia el periodista. – El señor Sebastian lo espera en la sala principal al fondo del pasillo – indica el mayordomo. El hombre joven asiente con la cabeza y mire detenidamente todos los cuadros y adornos de la mansión mientras caminaba hacia la habitación indicada acompañado del mayordomo.

- Es aquí, adelante joven – indica con cortesía el empleado al momento de abrir la puerta de la habitación inmensa.

- Gracias – asiente el visitante al entrar en la habitación.

- Gracias Evan, nos podrías dejar a solas por favor – indica aquel hombre aun de espaldas y se levanta de su asiento.

- Como ordene señor – responde el anciano al momento de cerrar la puerta.
Se creo un silencio por un medio minuto, aquel hombre toma un sobre del escritorio que quedaba a la izquierda de una llamativa chimenea.
- ¿Haz sido tu quien ha enviado la carta el día de ayer? – pregunta aquel elegante hombre vestido de noche sin dar la vuelta al momento en que alzando su mano derecha mostraba aquella carta que mencionaba.

- S... si señor, Soy Gurrel Cleen, periodista de... – trata de decir aquel hobre tartamudeando por la impresión del momento.

- Periodista de Akatsuki y quieres que te cuente sobre mi vida ¿No es así? – repone aquel el elegante sujeto al momento de echar aquel sobre amarillo al fuego de la chimenea.

- Si, así es, si no tiene inconveniente – responde el Gurrel con movimientos casi nulos.
- Entonces, toma asiento – indica Sebastian al darse la vuelta para mirarlo a la cara.
Gurrel se descuelga su mochila sacando una grabadora pequeña de mano con aproximadamente 20 cintas adicionales en su mochila, ambos se sientan frente a la chimenea en los sillones.  

- Bien, comencemos – indica Sebastian dando tiempo a Gurrel de comenzar la grabación.

- Empecemos – indica Gurrel.

- Yo... yo soy Sebastian Phantomhive, que podría hacer  un hombre de mi edad después de haber sobrevivido a la “Guerra del Macross” y vivir solo después de haber tenido una vida llena de traiciones y de desilusiones – narra Sebastian mirando a Gurrel. - Te contare una historia. Hace mucho tiempo en nuestra ciudad llamada – VALQUIRIA –, después de ser azotada por la Guerra del Macross donde se poseía una de las más grandes magias del universo: el legendario SHARINGAN. Existieron legendarios guerreros cuyo desarrollo dela misma magia y grandes habilidades los llevaron a ser conocidos como LOS GUERREROS DEL SHARINGAN, pero lo mas recordado de ellos eran sus brutales batallas, en especial durante la guerra... pero ni siquiera el actual soberano de – Valquiria – sabe toda la verdad de lo que yo viví... pero este mundo me ha olvidado – añade Sebastian a su narración.

- ¿Pero como sabe de eso? – pregunta Gurrel acercando la grabadora al cuerpo de Sebastian.

- ¿Por qué se de eso?... por que soy uno de los pocos sobrevivientes de LOS GUERREROS DEL SHARINGAN... de echo era el mejor... pero incluso soy mas poderoso que el actual soberano de Valquiria, DORIAN LIXT y el lo sabe... por esa razón hizo que el mundo me olvidara... – comenta Sebastian. 

- ¿Por qué dice eso? – intriga el periodista.

- ¿Preguntas por que? – dice Sebastián mientras se cruza de pies apoyándose en el sillón de piel oscura de la sala iluminada por una enorme lámpara de techo  de colores dorados dando un suspiro profundo.
- SI, usted esta hablando en pasado... ¿Por qué? – pregunta el entrevistador mientras lo mira a la cara desviando paulatinamente la mirada observando las escaleras traseras.

- Por que el máximo poder del sharingan que yo tengo, tiene un alto y costoso precio... mientras mas lo usas mas se sella a si mismo... y al final solo deja la horrible y completa oscuridad – responde Sebastian mirándolo a los ojos mientras una e levante briza que entra por la ventanilla principal de la sala le alborota las puntas de su larga y oscura cabellera.

 - ¿A que se refiere? – pregunta Gurrel.

- si me quieres entender... entonces escúchame bien  – responde Sebastian mientras cierra los ojos y se acomoda el pelo, recargándose completamente en el sillón. 

No hay comentarios: