22 dic 2011

Capitulo 4. Ciel Phantomhive I - RE EDICCION -


Los Guerreros del Sharingan.
Capitulo 4. Ciel Phantomhive I




A la mañana siguiente, Gurrel se levantaba sin dejar de pensar en las fotografías de las escaleras.
- Joven Gurrel el desayuno está servido ¿Desea desayunar con el señor Sebastian?- pregunta Evan desde a fuera de la habitación.
-Si, gracias Evan, voy en un minuto – responde Gurrel.
Mira fijamente la habitación lujosa donde descansaba. Gurrel salió de la habitación y al bajar de la habitación vio incrédulo bolzas de ropa sobre el piso.
-Me he tomado la libertad de traer tu ropa hasta aquí, tu llave esta sobre la mesa – comenta fríamente Sebastian y le da un sorbo a su taza de té.
-hooo, gracias Señor. – responde perplejo.
-Sientate a desayunar, hoy te contare algo muy importante – comenta Sebastian y toma un periódico de la mesa en cuya portada se leia “Periodico Akatsiki”, Sebastian cierra los ojos y le da el periódico a Evan.
-Evan guarda este con los demás – ordena el. – Como ordene – respondió Evan.
Ambos continuaron comiendo luego de unas horas, regresaron a la habitación de la entrevista, Gurrel tomo una nueva cinta y continuaron con la entrevista.      
- ¿A que se refiere con eso? – pregunta Gurrel. – Cuando Mikaell quiso activar su sharingan me opuse a ello – responde Sebastian.
Con la fuerza y rapidez que pude evadí su dedo índice esperando que no pudiera aplicar el efecto de su sharingan en mi, pero fue inútil. - ¡¡No volverás a hacerme esto¡¡ - le grite al empujar su mano. – Es inútil escapar de tu destino Sebastian Phantomhive, ¡sharingan del sello¡- me indico seguro de si mismo y volvió a dejarme inconsciente.
- La perdida constante de conciencia al contacto con la magia de Mikaell le causo algún problema – inquiere Gurrel al darle un sorbo profundo a una tasa de te servida en una bajilla resplandeciente de color azul cristalino, la vuelve a colocar sobre el platillo sobre la base de madera de lado izquierdo de el sillón. - ¿Quiere mas te, señor Sebastian? – interrumpe su mayordomo preguntando desde la entrada derecha. – Si, Evan, por favor trae mas -  responde Sebastian al cruzar las piernas. – Como usted ordene – repone Evan.
Hasta ahora a mi no me causo ningún daño físico pero emocional si, pero Alois y yo no fuimos los únicos afectados por Mikaell. – ¿Hubo alguien mas? – pregunta intrigado Gurrel. Hubiera querido que no hubiera alguien mas pero, además de nosotros mi hermano Ciel se involucro con este asunto. - ¿Cuénteme de su hermano Ciel? – inquiere Gurrel.
Ciel, era un niño, que como te mencione antes renegaba del crudo destino que nuestra familia había recibido por culpa de la familia Trancy, eso le genero un odio inmenso hacia Alois y hacia  la vida misma. Ciel nunca entendió las causas reales de el por que el odio entre las familias, sin embargo el día que Alois estuvo en casa, Ciel y mi padre fueron muy directos con el.   
Después de recuperar la conciencia, me encontraba aun en la llanura, al despertar mi cabeza se volvió a llenar de dudas y de necesidades, volví a preguntarle al cielo, por que era que Alois había cambiado tanto, no me quise incorporar y solo me quede tirado en la tierra contemplando el atardecer, levante mi mano izquierda para poder apreciar el que ahora de acuerdo a las palabras de Alois era mi anillo. – Alois... ¿Por qué?...- me pregunte una y otra ves, pasado algo de tiempo me incorpore y me dirigí a casa, durante todo el trayecto a la misma no deje de pensar en las palabras de Alois. – Simplemente, no podía aceptarlas – dice Sebastian. Tal ves realmente sabia que mi amistad con Alois se había terminado, pero no quería aceptarlo.
Cuando finalmente llegue a casa, Ciel me esperaba en la sala. Yo simplemente lo ignore y me seguí de largo en mi cabeza no había otra cosa que no fuera Alois, note la ausencia de mis padres, al parecer habían salido a la ciudad, eso era perfecto para mi así podría descansar eso era lo que  quería.
– Hola Sebastian, vuelves a llegar hasta tarde hermano mío – me indico con una voz cautelosa.
– Si, Papa y Mama no están en casa ¿verdad? – le pregunte con la voz soltando un suspiro de cansancio.
–Si, es perfecto – me respondió. - ¿Cómo dices? – pregunte, el sonrió muy emocionado. – Sebastian, pelea con migo- me demando muy convencido de si. – Ciel, ahora no, estoy muy cansado – le respondí, Ciel y yo peleábamos entre nosotros varias veces para demostrar el progreso que habíamos alcanzado de una pelea a otra pero hacia tiempo que Ciel no me pedía algo así, yo me negué de inmediato pues no quería agotar mi mente con otra pelea y menos contra mi hermano menor, pero ciel era muy persistente, cuando el quería algo se esmeraba en obtenerlo. – Vamos hermano te demostrare lo fuerte que soy ahora o ¿tienes miedo de perder? – me reto con esas palabras, directamente sabia que eso llamaría mi atención. – No ciel ahora no – le repetí y me di la vuelta para dirigirme a mi habitación y entonces, de pronto vi un cuchillo clavarse contra la pared de madera, la onda de expansión fue tan grande y alcanzo a cortar mi mejilla, me quede estático por la impresión, al voltear vi a Ciel con la mueca torcida y mirándome fijamente. – hermano tendrás que pelear con migo aun que no quieras – me demando al momento en que me lanzaba otro cuchillo con gran fuerza, yo solo me moví para esquivar la misma onda de choque y lo mire impactado. – Siempre que Ciel me retaba a una pelea para demostrarme su avance, era el mismo resultado y savia que no me iba a dejar en paz hasta derrotarlo, pero ese día... – dice Sebastian perdiendo su mirada en la nada.
- Ciel ¿realmente quieres pelear? – lo cuestione seriamente. – Si hermano pelea con migo – me respondió seguro de si. – Entonces vamos al patio trasero – le indique al momento en que quite los cuchillos de la madera que en su lugar dejaban una marca como evidencia.
Ambos salimos de casa y tomamos nuestra respectiva distancia. Ciel era muy insistente pero nunca había echo ese tipo de cosas para llamar mi atención, eso me dio a entender que había algo que quería mostrarme. –hey hermano mío ¡¡prepárate por que voy por ti¡¡ - ciel comenzó a acercarse a mi con velocidad, era evidente que su velocidad había aumentado, pero al soltar el primer golpe, fue muy fácil bloquearlo, y comenzó a golpearme con mas energía, pero realmente la diferencia no era mucha a la ves pasada, los golpes de el eran mas fuertes pero no causaban mayor daño de la ves anterior, entonces contra ataque, yo me aleje de el en un movimiento rápido y lo golpee con mi mano derecha, el golpe dio justo en su abdomen, fue evidente que no había gran diferencia entonces el se volvió acercar a mi y trato de golpearme  pero lo bloquee fácilmente y nuevamente lo golpe entonces fue evidente que ganaría de nuevo así que lo deje así.
–Ciel basta, se termino – le indique.
– hermano, no volveré a perder – me dijo al incorporarse y acercarse a mi nuevamente, lo evadí.
– Ciel es suficiente por hoy – le repetí.
- no lo entiendo, se supone que debí destrozarte – se dijo a si mismo
- Ciel de que hablas tu desarrollo no ha cambiado nada – le afirme
- Ese tipo me dijo que mi poder y mi verdadero destino pronto se revelarían – me respondió mirando con rabia el suelo. – ¿Tipo?, ¿Qué tipo? – un escalofrió me recorrió el cuerpo. – Un sujeto que conocí en el bosque, vestía muy raro y tenia un sharingan muy extraño... con un sello en el centro, el me lo dijo muy seguro de si mismo – me respondió y en cuanto menciono lo del sharingan identifique con horror que se trataba de Mikaell. - ¿Sello?... Mikaell Keller- me dije a mi mismo.
En ese momento pensé que Mikaell no solo estaba detrás de Alois  y de tras de mi, sino que tal ves toda mi familia estaría en peligro, pero para mi lo preocupante era que no les hiciera algo como lo que le hizo a Alois – ojala hubiera podido evitar a toda costa que eso pasara pero ya era demasiado tarde, Ciel desde ese día comenzó a cambiar de la misma forma que Alois lo hizo – comenta Sebastian cerrando lentamente los ojos. – Ciel ¿Como era el sujeto que te dijo eso? – lo cuestione. – Eso a ti no te importa... el me mintió – me respondió furioso, me acerque a el. – Ciel no quiero que vuelvas a hablar con extraños – le ordene, en el fondo estaba temblando de miedo por lo que estaba sucediendo. – Eso a ti no te toca decidirlo, el me dijo que me volvería mas fuerte y creo en sus palabras, y después de que suceda todos los Trancy me las van a pagar empezando por tu amiguito Alois – me reprocho con una vos muy segura de si, esas palabras me aterraron y nuevamente regresaron a Alois a mis pensamientos. -¿Ciel...? – trate de reponerme de sus palabras, pero el simplemente volvió a salir de la casa con la mirada hacia el suelo y los puños apretados. Una ves mas observe como otra persona cercana a mi desaparecía sin que yo pudiera hacer algo, pero esta ves se trataba de mi hermano menor. - ¿Ciel como se volvió después de ese día? – pregunta Gurrel con una vos leve y entre cortada. – Ciel cambio completamente a partir de ese día – responde Sebastian y mira a la nada.
A partir de ese día Ciel se la pasaba entrenando fuera y dentro de casa, dibujaba una y otra ves el sharingan de Mikaell en la tierra repitiendo se a si mismo que confiaba en sus palabras, días y días pasaron de la misma forma, Ciel llego a hacer a un lado a nuestra familia por entrenar, sus entrenamientos lo lastimaban a un grado alto, pero el solo tenia la obsesión de acabar con los Trancy, yo por mi parte solo regresaba todos los días a la llanura esperando que Alois fuera para hablar con el, trataba de superar el echo de que nuestra amistad se había acabado, Ciel solo gritaba al viento que se volvería fuerte y acabaría con todos los Trancy, yo me sentía tan impotente por no poder ayudar a mi hermano menor – Hasta ese día... – dice Sebastian agachando la mirada. - ¿Qué día? – pregunta Gurrel. Cierto día Ciel salió muy temprano de casa a escondidas de nuestros padres, yo me pude percatar de eso, seguí muy sigilosamente Ciel hasta que llegamos a el bosque, mi sorpresa fue inmensa cuando vi a Ciel platicando con Mikaell, me escondí tras un árbol para poder escuchar lo que estaba pasando entre ellos. – Ciel Phantomhive, aun no comprendes la magia que encierra mi ojo Sharingan- le dijo Mikaell a Ciel. –Pero tú me dijiste que yo me  volvería fuerte y Sebastian me derroto fácilmente- le reclamo Ciel. – Si tanto quieres saberlo, ha llegado el día en el que tu mismo descubrirás el poder que tienes tu – le dijo Mikaell a Ciel mientras lo miraba a los ojos. - ¡¿De verdad tu aras que eso sea posible, no me estas mintiendo cierto?¡ - pregunta Ciel muy emocionado. – Cuando tienes esta magia todo es posible – le responde Mikaell. En ese momento el ambiente se lleno de cosmos a un nivel muy inmenso. – ¡¡Sharingan del Sello abre las puertas de su poder¡¡ - grito mikaell y activo su sharingan y se lo puso en la frente a Ciel, al ver a mi hermanito con ese sello acepte el echo de que lo odiaba y por tanto a Mikaell también. - ¡¡Mikaell detente¡¡ - le ordene sobre saltando de mi escondite para tratar de evitarlo. - ¿¡Sebastian¡?- se sorprendió Ciel. – Sebastian Phantomhive – añadió Mikaell a la sorpresa. - ¡¿Qué rayos le haces a mi hermano?¡ - lo interrogue mientras me acercaba a ellos. – Solo le he otorgado lo que el tanto quiere, su máximo poder, el poder que el ansia – me respondió con el mismo tono de vos de siempre, me estresaba esa voz. - ¡tu y tu maldito Sello me quitaron a mi mejor amigo y no me quitaras a mi hermano también¡ - le demande mirándolo fijamente a los ojos. – Ciel si confías en el poder que te he dado, en tu poder, es hora de probarlo y quien mejor que tu hermanito Sebastian – le dijo Mikaell a Ciel, Ciel me miro de una forma muy extraña, no podía evadir su mirada. – ¡Sebastian pelea con migo¡- me demando Ciel. - ¡¡No... no lo hare¡¡ - le respondí sin dudar de mi respuesta y sin despegar mi mirada de sus ojos. - ¿No? ¿Dijiste no? – me pregunto al agachar su murada. - ¡¡SEBASTIAN PHANTOMHIVE YO CIEL PHANTOMHIVE TE RETO A UNA BATALLA EN HONOR AL APELLIDO PHANTOMHIVE, EN ESTE MISMO MOMENTO¡¡ - me repitió con fuerza, su mirada se clavo en mis ojos con frialdad, su petición me dejo en shock, Ciel me estaba retando a una pelea poniendo a nuestra familia de por medio, no era nada común en Ciel, al  ver su mirada vi los ojos de Alois en el rostro de mi hermano, eso fue algo aterrador. -¿Qué hizo usted? – pregunta Gurrel muy intrigado. – Cuando alguien te reta a una pelea por honor en Valquiria la tradición o el mandato es aceptar el reto, pero ahora estábamos hablando de mi hermano pequeño y de mi apellido... mi propia sangre. - ... Phantomhive... entonces te sientes tan confiado como para poner en disputo nuestro apellido ¿he Ciel...? – le pregunte muy impactado de ese echo, el alzo la mirada ambos nos miramos fijamente. – Si hermano mío... compórtate como todo un Phantomhive y pelea con migo ahora – me replico acercándose un poco mas hacia mi. Yo los mira a ambos. - ...tu...- mire a Mikaell. – ¡¡ACEPTO TU RETO CIEL PHANTOMHIVE¡¡ - me acerque corriendo hacia el.
Gurrel se acomoda en su asiento.

FINAL DEL CAPITULO 4 

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