19 dic 2011

Capitulo 3. Alois, Sebastian y unos ojos nunca antes vistos II - RE EDICCION -


Los Guerreros del Sharingan.
Capitulo 3. Alois, Sebastian y unos ojos nunca antes vistos II



El ambiente se puso muy tenso, Sebastian seco la lagrima de su mejilla izquierda y volvió la mirada a Gurrel. – ¿Por que dice eso?- pregunta Gurrel.
-Ahora sus destinos se han sellado- nos dijo a ambos después de activar su sharingan, un sudor frio recorrió mi cuerpo en un solo segundo. En ese momento las imágenes de la ves pasada regresaron a mi pero ahora eran un tanto diferentes por que pude observar unos ojos muy raros, sabia que no eran sharingan, pero me daban miedo.
-Sebastian, ¿Qué es todo esto?¡¡¡... aaaaaag...aaaaaag- trato de gritar Alois, pero no logro nada.- Alois¡¡¡- grite con fuerza.
- En ese momento no pude respirar, lo último que vi ese día fue a mi amigo Alois como lo recordaría por ultima ves... – dice Sebastian apretando los puños con fuerza. – ¿A que se refiere?- pregunta Gurrel. - Ese día no solo perdí la conciencia, si no que tan bien perdí a mi mejor amigo...- responde Sebastian con una vos entre cortada.
Cuando estaba inmerso en ese profundo sueño solo podía visualizar rezagos y restos de impresionantes batallas, al principio no podía visualizar que era lo que estaba pasando fue hasta que observe detenidamente a esos dos chicos que se veían y se golpeaban con odio, y con horro no te que esos chicos éramos Alois y yo, entones observe como el cuerpo de Alois comenzaba a ser absorbido por una neblina oscura y espesa, por alguna extraña razón no podía moverme para poder ayudarlo.-Pero no parecía que necesitaba ayuda – añade Sebastian en un hilo de voz suave. Lo ultimo que recuerdo de esa pesadilla fue el cuerpo de mi amigo Alois ser absorbido por lo que parecía ser el aliento de la maldad.
-Pero... Alois...- trata de decir Sebastian quedando sin palabras. - ¿Si?- Gurrel añade en todo de pregunta. Al final de ese sueño vi como Alois activaba una especie de Sharingan que jamás había visto y un tremendo escalofrió recorrió mi cuerpo, entonces desperté.
Cuando desperté seguía tirad donde estaba en aquella parte solitaria de lo que ya era el bosque, al abrir los ojos y recuperar la noción de lo que había pasado busque a Alois pero el ya no estaba a mi lado, lo único que había a unos cuantos centímetros de mi era aquel inmenso anillo blanco que Alois tanto quería y nunca soltaba lo cual me llamo muchísimo la atención ¿Dónde estaba Alois?, ¿Dónde estaba Mikaell?, ¿Qué significaba mi sueño? Y lo mas importante ¿Por qué Alois dejaría su anillo mas apreciado tirad?, mi cabeza se lleno de muchísimas preguntas estaba en un estado de shock, aun como pude me re incorpore y tome el anillo de Alois y lo guarde en mi bolsillo derecho de mi pantalón, camine hacia casa sin pensar en nada que no fueran esas preguntas que se repetían en mi cabeza una y otra ves, llegue a casa y me fui directamente a mi habitación ignorando completamente la presencia de mis padres y de ciel en la casa, llegue a mi habitación y cerré con seguro, entonces me desplome enzima de mi cama pensando solo en las mismas preguntas. Ese día no volví a ver a Alois y cuando pensaba en el lo único que lograba era ver ese extraño sharingan... ese sharingan maligno activarse en sus ojos -¿Qué eran esos ojos? – me pregunte para mis adentros.
Alois entro a la mansión de una forma muy brusca, al entrar Claude lo miro con asombro al verlo completamente sucio. – Joven Alois, ¿Dónde ha estado todo el día? – inquiere Claude.- ¡¡ NO TE IMPORTA CLAUDE LO QUE YO AGA DE MI VIDA ES COSA MIA ¡¡ - era la primera ves que Alois replicaba de esa manera ala sobre protección de Claude, era obvio que algo le había sucedido en el interior, Claude se quedo estático ante el asombro de la respuesta de Alois, al verlo fijamente a los ojos Claude pudo apreciar la oscuridad recién naciente de su alma, los ojos de Claude por primera ves parecían ser opacados por esa oscuridad, - ¡Alois, no tienes por que gritarle así a Claude ¡ - añadió con gran voz Derek al asomarse desde las escaleras de el segundo piso de la mansión mientras bajaba lentamente sin despegar la mirada ferviente de Alois. - ¡¡SOLO ES QUE YA ESTOY HARTO DE QUE TRATE DE CONTROLAR TODOS LOS ASPECTOS DE MI VIDA COMO SI EL FUERA MI PADRE¡¡- repuso Alois sin despegar de igual manera los ojos de Derek. – ¿Alois, hijo mío que te ocurre? – cuestiona KIOMY TRANCY la madre de Alois al escuchar los gritos.
-¿Kiomy Trancy?- pregunta Gurrel. – Si Kiomy Trancy era una mujer hermosa, se perecía mucho a mi madre, cabello largo y ondulado, negro muy brillante, piel bronceado caucásica, ojos verdes, labios carnosos y bien formados, muy hermosa.
- No es nada madre, solo es que ya he tomado mis propias decisiones- respondió Alois, kiomy miro a Alois detenidamente y noto la ausencia de llamativo anillo blando de Alois. – Hijo, ¿y tu aíllo? – cuestiono Kiomy a Alois, se creo una pause corta. – Me deshice de el madre, era muy simple y vacio y no se apegaba a lo que yo soy, en su lugar me he conseguido algo mejor-  Alois mostro su mano derecha y en  su dedo índice figuraba un nuevo y muy diferente anillo igual de impáctate que el anterior, de un color oscuro y de muy distinta forma al anterior. Todos miraron asombrados el anillo de Alois muy asombrados.
- Yo ese día no puede dejar de mirar el anillo de Alois, lo único que pasaba por mi mente ¿Por qué Alois tiraría su anillo favorito, su mayor tesoro?- dice Sebastian mientras lentamente se quitaba el anillo de su mano izquierda. – ¿Ese anillo que historia tiene? – pregunta Gurrel al percatarse de el anillo que Sebastian se quito.
Ese anillo Alois lo recibió el día que cumplió seis años de edad, ese mismo día fue el mismo día que Alois y yo nos conocimos a la misma edad, en aquella impresionante fiesta que era digna de un Trancy, aquella fiesta en donde todos estaban invitados, en el momento que Alois vio su anillo no vimos por primera ves, ambos sonreímos impresionados por la magnitud del obsequio, nuestra amistad nació de ese momento y por seis años nuestra amistad a nuestros ojos fue perfecta, o eso creíamos.
-¿Este Anillo... es el de Alois?, ¿Es muy valioso?- pregunta tartamudo Gurrel mirando fijamente al anillo de Sebastian. – Si... es el mismo del que te estoy platicando, y en cuanto a su valor capital, este anillo que Alois me dejo ese día, esta valorado en novecientos treinta y cinco millones de TZUKIS (la moneda de valquiria equivalente a un euro)  - responde directamente Sebastian. - ¡Novecientos treinta y cinco millones de TZUKIS¡ - enfatiza muy impresionado Gurrel. –Si, es un valor bastante exorbitante como para que Alois lo dejara abandonado, pero en cuanto a su valor representativo para mi representan 26 años de historia dolorosa y triste y se que también lo es para Alois si como se que para ambos no hay valor comercial que lo pueda arrancar de nuestras manos- explica Sebastian mirando fijamente el anillo sin siquiera parpadear.
Nuevamente esa noche, no pude dormir, me pase casi todo la noche perdiendo mi mirada en el amillo, jugueteando con el entre mis dedos, por mi mente solo figuraba la misma pregunta de siempre ¿Por qué lo olvidaste Alois?, mi mente se sumergió en mis pensamiento, entonces mis pensamientos se volatizaron cuando me percate gracias a un leve rayo de sol que entraba por mi ventana que anunciaba un nuevo día y me permitía aumentar mi capacidad visual y me percate de que aquel hermoso anillo cuya jema era imponente estaba fisura da... en ese momento debí intuir que al igual que el preciosismo anillo que nos unió, nuestra amistad también estaba fisura da.
-No puede ser...- exclamo Gurrel al observar la fisura de la cual Sebastian le platicaba.  - ¿Y por que decidió conservar ese anillo?- pregunto Gurrel mirando el anillo. –Lo conserve como la prueba de que algún día un Phantomhive y un Trancy fueron grandes amigos- responde Sebastian al colocárselo en la mano izquierda nuevamente.
Esa tarde que Mikaell activo su sharingan en nosotros vi dos ojos que nunca había visto antes, unos eran los ojos de Alois llenos de maldad, pero los otros no eran un sharingan...-Estos últimos hasta este momento siguen siendo un misterio para mi – añade Sebastian.
Ese mismo día como era costumbre dentro de la rutina de los Trancy ellos desayunaban en el jardín, Alois, Derek y kiomy, sin embargo Claude solía acompañarlos en su desayuno por si se les ofrecía algo, pero también era una muy buena forma de enterarse de las platicas de los Trancy.
-Alois, hijo, quiero que sepas que no estoy molesto con el echo de que hayas perdido el anillo que te dimos, aunque tu abuelo se aferro a que pasara de generación en generación, es una idea bastante absurda, así era mi padre, además me gusta mas tu nuevo anillo es más apegado al legado de la familia Trancy, además quiero que sepas que no me molesta como le respondiste a Claude, aun que su obligación se cuidarte y protegerte a veces si se  toma demasiadas libertades- expresa Derek mientras mira a Alois a la cara. - ¿A que viene todo eso padre? – cuestiona Alois poniendo una expresión de dudas. – Si cielo, no deberías expresarte a si de Claude, el no hace mas que cumplir su trabajo, además, tu padre se aferro muchísimo a que respetáramos esa decisión- añade Kiomy a la pregunta de Alois, Claude alza la mirada atento a la respuesta.- A que finalmente me haces sentirme orgulloso de que estés tomando tus propias decisiones, Alois felicidades – responde Derek sin dudar de su respuesta.
Alois no estaba acostumbrado a recibir festaciones de su padre, tal ves por eso Alois no lograba conseguir una relación afectiva completa con cualquier persona externa a su familia, pero aun así Alois y yo nos pudimos volver grandes amigos. La respuesta de Derek fue muy impactante para Alois, fue el último empujón para que Alois se perdiera  en aquella oscura neblina. Alois no dijo nada mas solo sonrió y agacho la mirada, Kiomy fingió no prestarle atención al tema pero Claude sonrió de una forma fría.
Ese día Salí a buscar a Alois, me dirigí hacia la llanura esperando ilusamente verlo, durante toda la tarde me quede esperándolo, solo contemplaba la fisura del anillo, recordando escena a escena del día anterior, las horas pasaron y Alois nunca llego, resignado regrese a casa el día termino sin ningún resultado alentador, nuevamente no dormí, solo quería saber por que Alois no había aparecido en la llanura , las cosas siguieron pasando de la misma manera durante toda una semana repetir la misma rutina sin encontrar ningún resultado.
-¿volvió a ver a Alois?- pregunta Gurrel.-Por varios días asiste al mismo lugar y día a día perdía las esperanzas de encontrar a Alois-.pero fue hasta ese día que regrese a la llanura, finalmente encontré a Alois pero ya no era la mirada del Alois que yo creía conocer o a ver conocido, ahora tenia esa horrible mirada de odio en sus ojos, esa mirada hacia que se empezara a parecer a su padre, ya no era el mismo Alois. – Alois, amigo, por fin te apareces ¿Cómo has...?- trate de preguntarle. - ¡¡Sebastian cierra la boca de una ves¡¡... y escúchame bien –me interrumpió. – Alois... amigo... ¿que te pasa?... desde aquel día no te has aparecido, no había sabido nada de ti, además olvidarte tu anillo favorito y ahora bienes con esa actitud...- tartamudee barias veces al tratar de exigirle una explicación que sabia en mi interior que nunca llegaría.- ¡Déjate de estupideces, en cuanto a ese anillo puedes quedarte con el, me he conseguido otro que va de acuerdo a mi verdadera personalidad¡- en ese momento levanto su mano derecha y me mostro con presunción su nuevo anillo yo levante levemente mi mano izquierda y mire ambos anillos eran tan contrastantes.
-Se creo un gran silencio y Alois asintió con una mirada de que lo que había dicho era cierto, había dejado sus puntos en claro- dice Sebastian mientras clava la mirada en el suelo con gran odio, sonidos chocantes escapaban de su boca, semejaban a un forcejeo en su dentadura y palabras que no fluían, su sharingan se activo parcialmente por tres segundos, después se relajo con gran trabajo y volvió la mirada a Gurrel el cual dejaba ver una expresión de miedo al sentir la enorme cantidad de cosmos expulsado por Sebastian en tan poco tiempo. -¿Qué...que paso después?- interroga Gurrel a Sebastian para tratar de distraer su mente.
-Sebastian mi padre tiene razón, tu y yo, no tu familia y la mía no pueden tener ningún tipo de relación- cuando dijo eso pude escuchar como el resonar de un enorme cristal al chocar contra el piso después de haberlo dejado caer de una inmensa altura, mi mente y mi espíritu se quebrantaron al oír esas palabras emanar del que era mi mejor amigo, el cual siempre le renegó a su padre el echo mismo del que ahora me estaba echando en cara. – Alois ¿Qué te pasa? – pregunte muy preocupado por la magnitud de sus palabras. – Sebastian, simplemente ya no podemos ser amigos- me respondió casi al instante. – A...LO...IS... – tartamudee tratando de articular su nombre por la sorpresa. - ¿Qué te impresiona Sebastian?, además, tu querido padre tan bien piensa lo mismo ¿No?- añadió al doloroso anuncio.
En ese instante las imágenes de el día que Alois estuvo dentro de mi casa regresaron a mi mente, especialmente el momento en el que mi padre me ordeno de una forma sutil que sacara a Alois de la casa,  sabia perfectamente  que Alois me echaría en cara eso pero... en ese momento Alois sonrió de la misma fría forma como sonreía Claude, dio una media vuelta y se marcho. – Incluso recuerdo que Alois vestía muy diferente en esa ocasión, sus ropas finas dignas de la realeza de Valquiria ahora eran oscuras de materiales extraños, soberbios, extravagantes y fríos, dignos de la nueva personalidad de Alois- menciona Sebastian dirigiendo nuevamente su mirada al piso y con los puños apretados contra los brazos del sillón, esta ves dos lagrimas cayeron una de cada uno de sus ojos.
Alois se fue, dejando de tras de si seis años de gran amistad y despertando en su lugar un gran odio, supe de inmediato que todo había terminado... pero lo que sucedió después marco el final definitivo. -¿Poe que...Alois que te pasa?- me pregunte al ver su silueta desvanecerse por la distancia. -¡¡¡ALOIS¡¡¡- grite con todas mis fuerzas... entonces. – Sebastian Phantomhive- una voz menciona mi nombre, fácilmente identifique de quien era, al dar la vuelta Mikaell estaba hai. - ...MIKAELL...- le respondi. –Debes comprender... el destino de Alois Trancy y el tuyo ya han sido sellados, desde esa día que desafiaron a su destino al buscarme- me comento con una vos muy directa y seca. - ¡¡¿Qué le hiciste a Alois?¡¡- le replique furioso. –El ya no es tu amigo... debes aceptar eso... tu y yo aun no hemos terminado tu destino es confuso, nos volveremos a ver... – trato de activar su sharingan en mi pero esta ves fue muy diferente. -¿Qué esta sucediendo?- se pregunto. –¡¡¡haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa¡¡¡¡- grite con gran fuerza.
- Es momento de que te vallas... – le indica Sebastian.
- hee... ho ya es tarde nuevamente, perdóneme, me retiro. Respode asombrado el invitado.
Sebastian mira la noche por la ventanilla.- ¿tienes alguien que te espere en casa? – se pone de pie.
Evan entra por la puerta izquierda y esboza una sonrisa discreta.
-Heee no yo vivo solo mi padre murió de una forma extraña hace años cuando era niño, mi madre nunca la conocí y nunca me case – añade el.
Sebastian mira al suelo, Evan mira a Gurrel con serenidad.
-Evan, prepara le la habitación de huéspedes a nuestro invitado – ordena el.
-¿Qué? – Gurrel se impresiona.
- Se lo que es per der a un padre pero... es peor saber de que murió -  añade Sebastian.
-Acompáñeme, joven – interrumpe Evan.
S... si, gracias – repone el invitado y toma sus cosas.
Ambos salen de la habitación  y suben las escaleras.
-Perdone al joven Sebastian, solo que... el ralamente apreciaba a Alois Trancy – comenta el mayordomo.
Gurrel mira las fotografías colgadas de forma selecta por toda la parede de las escaleras.
-Estos son ¿sus familiares? – pregunta Gurrel.
-Si...- responde con vos cortante el anciano. Gurrel se detiene a media escalera y voltea hacia abajo para re apreciar todas las fotografías, pone una expresión de impacto.
-¿Por que todas tiene un moño negro?- pregunta Gurrel.

- por favor no pregunte... y siga caminando – responde el anciano y continua subiendo las escaleras.    
- “¿no puede ser ¿sera que...?” – se pierde en sus pensamientos.

Final del Capitulo 3

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