14 dic 2011

Capitulo 1 Alois, Sebastian y el sharingan I RE EDICIÓN

Los Guerreros del Sharingan.
Capitulo 1. AloisSebastian y el Sharingan I



Capitulo 1. Alois, Sebastian y el Sharingan I
Todo – VALQUIRIA – se encontraba rodeado por ciudadanos que tenían o ansiaban tener una de las mas antiguas magias del universo, la magia del legendario SHARINGAN, el cual te brinda fuerza, velocidad y cosmos...Valquiria anteriormente estaba dividida en dos reinos, gracias al inmenso y al parecer hasta donde se sabe, interminable bosque lleno de llanuras, ambos reinos estaban muy separados uno del otro, eso era hasta que después del la guerra del Macross, declarado por el rebelde, DIMITRI LEIT, el rey de ese entonces, ordenara destruir toda la parte boscosa que separaba a ambos reinos, para volverlos uno y transformándolos en la Valquiria que conocemos hasta el momento... claro que solo fue para obtener el poder total de todos los posibles usuarios del Sharingan. Hasta incluso los niños, solo ansiaban crecer y volverse fuertes para ser usuarios de aquella legendaria energía visual, pues después de aquella intrigante guerra el mundo entero había cambiado... incluso Sebastian, a sus 12 años solo buscaba fortalecerse con el duro entrenamiento que sostenía con su mejor amigo de ese entonces, “ALOIS TRANCY”, un joven de la misma edad, con un carácter fuerte y una nada sutil avaricia por el poder y la supremacía. Los entrenamientos los llevaban a cabo en una llanura a las afueras de la ciudad, donde siempre se reunían para jugar, pero ahora lo hacían para pelear uno contra el otro, ambos solo ansiaban ser lo suficientemente fuertes para finalmente algún día, poseer el legendario sharingan y ser grandes guerreros como las leyendas que nacieron de aquella guerra...
- ¿y su amigo Alois? – pregunta Gurrel mientras lentamente analiza la habitación en donde se estaba llevando a cabo la entrevista.
Aquella habitación muy lujosa, llena de fotografías de paisajes de valquiria y de siluetas irreconocibles, cuadros nada comunes pero de entre todos, solo uno destacaba, el cuadro enorme colgado sobre la chimenea de una mujer adulta sosteniendo en brazos a un bebe recién nacido.
- Permíteme contarte toda la historia, puedes formularme las preguntas que quieras, pero no seré yo quien te las responda, dejare que sea la misma historia quien lo haga – respondió el hombre muy educado y asintiendo con la mirada, mientras abre los ojos PERMITIENDO la estrado de la leve luz de la habitación a sus pupilas, mirando a su acompañante y volviéndolos a cerrar para concentrarse en la respuesta.
- El día que todo comenzó Alois y yo estábamos entrenando en la llanura de siempre a las afueras de la ciudad como solíamos hacerlo. En ese entonces, tanto Alois como yo desconocíamos muchas cosas sobre nuestras respectivas familias. Pues era natural que a nuestra corta edad se nos ocultaran ciertas cosas, que tal ves, no eran de nuestra importancia... pero fue ese día nubloso y frio en donde todo se empezó a revelar poco a poco... – comienza su narración el entrevistado.
- ¡¡ Alois vámonos ya ¡! – Grito en vos furiosa un hombre al fondo de la llanura que dejaba  ver una silueta de un hombre alto que se acercaba hacia los cansados y sucios muchachos pasando por de entre las ramas de todos aquellos arboles que acompañaban el paisaje y delimitaban el campo de batalla de los contendientes.
La voz de el padre de Alois, “Derek Trancy” y su sola presencia irrumpieron el entrenamiento de los jovenes, además de que el rostro de Sebastian asomava por sus dilatadas pupilas terror.
-Tal vez Alois era como era, alguien muy solitario y frívolo por culpa del como era su padre; Ese hombre alto, fornido, caucásico, de ojos verdes, elegante pero de fuerte carácter a quien ya me había acostumbrado a ver furioso con migo o por mi – añadió el caballero a su narración.
- ¿Espere dijo usted “Derek Trancy”?, ¿Qué acaso no es el nombre de...? – el visitante quedo estático con la boca abierta sin poder formular la pregunta mientras mira fijamente el azulejo recién pulido de color mármol que adornaba el piso del aquella inmensa habitación en el cual se reflejaba en pequeñas partes el retrato de la mujer de la chimenea.
- Si sabes las respuestas ¿Por qué formulas las preguntas?, pero tardaste mucho en deducirlo – repone Sebastian.
- Si, mi mejor amigo Alois Trancy es ahora el actual soberano de – Valquiria – comenta Sebastian y suelta un suspiro mientras mira detenidamente un inmenso anillo adornado con una gema blanca, cuya base de oro de 24 quilates encajaba perfectamente en el dedo índice de su mano izquierda.
Alois Trancy era hijo directo de la familia real del reino de Valquiria, la misma familia que había gobernado desde el principio de la guerra y por consiguiente era heredero a la corona real.
- Esa era una de las causas de muchos secretos que se desembocaban de nuestras familias, pero en ese momento eran cosas que aun ignorábamos... – añade Sebastian.
-Señor Sebastian, con permiso, aquí le traigo un poco de café para usted y su invitado- la vos del anciano mayordomo irrumpió la atmosfera de la entrevista.
-Adelante Evan, gracias – asiente el hombre joven. Ambos sujetos toman una elegante tasa de cristal con un platillo como base.
- Me retiro señor, con su permiso – dice el anciano al cerrar la puerta.
- Me decía de su amigo Alois – indica el periodista dando indicación a con tinuar con la entrevista.
- Además de su padre llego ese dia a la llanura su mayordomo “Claude Lixt”- continua Sebastian, mientras torcía la mueca dejando ver un mal recuerdo que atravesaba su mente.  
Claude Lixt, el mayordomo de la familia Trancy, un hombre alto, delgado, caucásico, con ojos de color mas oscuros que la noche, pero que al mismo tiempo reflejaban una alma obscura, llena de maldad, con un cabello lo suficientemente lago como para cubrirle aquellos terroríficos ojos, pero lo suficientemente negro como para camuflagearze con  ellos y unos labios tan delgados como rojos de un estilo vampírico, la cara del  joven Sebastian reflejaba un verdadero terror.
- El realmente si me daba mucho miedo- re afirmaba Sebastian a su relato.
El joven periodista se sumergió en un pensamiento muy detallado, mirando al techo de color blanco desviando su mirada hacia aquella enorme lámpara inmensa de cristal que adornaba la habitación
– “Claude Lixt... pero que no ese es el apellido del actual soberano de Valquiria. Entonces ¿Qué paso con Alois Trancy?”  – pone una expresión de impresión.
El mayordomo de la familia Trancy  protegía en extremo a Alois no lo dejaba solo mas de diez minutos evitar a toda costa que contrajera alguna enfermedad y manteniéndolo en continuos estudios.
- Claude protegía a Alois de una forma muy exagerada pero en esos días aquella sobre protección se me hacia algo normal... pero realmente lo que nunca se me hizo normal era la expresión de odio con la que tanto Claude y Derek me miraban... realmente sabia que me odiaban el caso es que no sabía porque -  Sebastian cierra nuevamente los ojos.
- Joven Alois, obedezca a su padre tenemos que regresar al palacio – dijo Claude mientras miraba a Sebastian con una especie de asco mientras bajaba del frente de la carrosa real en donde se transportaban los Trancy.
- ¿Pero padre...? – trata de preguntar Alois poniendo una expresión de tristeza a la que ya era normal ver en su rostro pues los enojos de Derek por encontrarlo con Sebastian ya eran naturales.
- ¡! PERO NADA TE LO HE DICHO UNA Y MIL VECES TU ERES UN TRANCY Y ERES EL PRÓXIMO HEREDERO A LA CORONA REAL DE VALQUIRIA ASÍ QUE NO DEBES JUNTARTE CON GENTE DE TAN BAJA CLASE ¡¡ - grito aquel elegante hombre mientras por intervalos de dos segundos miraba a ambos muchachos.
- Siempre era la misma replica de el padre de Alois el tema de las clases sociales – añadió el entrevistado.
- Su padre tiene razón joven Alois usted es el único heredero de la familia Trancy y debe comportarse a la altura de su apellido – comento el elegante mayordomo mientras se inclina en señal de reverencia, mientras al alzar la mirada esos ojos y ese cabello lanzaban una mirada horripilante hacia el cuerpo adolecente de Sebastian.
En ese momento fue cuando me di cuenta de muchas cosas, como por ejemplo que Alois y yo nunca íbamos a poder congeniar entre nosotros libremente, por la indignación de nuestras familias, pero en ese entonces tenia que soportar todo eso puesto que la verdadera razón por la cual me quería volver lo suficiente mente fuerte y despertar el poder del sharingan era para proteger a mi hermano menor, “Ciel Phantomhive” un joven débil, de tan solo 11 años de edad.
- Ciel Phantomhive... ¿no es ese el nombre del...? – trata de preguntar Gurrel al ser interrumpido por Sebastian mientras clava las uñas en los brazos de piel del sillón.
- Te dije que la historia te respondería todas tus preguntas... escúchame muy bien... ¡SI CIEL PHANTOMHIVE ES MI HERMANO MENOR¡ - le responde Sebastian después de interrumpirlo alzando la voz en tono de grito mientras enfoca su mirada en una habitación del fondo.
Mi hermanito no era alguien muy fuerte y por esas mismas razones no podía defenderse por su cuenta; a pesar de solo llevarnos un año de diferencia mi desarrollo era muchísimo mayor que el suyo, la diferencia radicaba en que yo siempre entrenaba con Alois en la llanura mientras Ciel siempre prefería estar solo... así era el... tal ves era por el echo de ser tan pobres...
- Espere me esta diciendo que usted era pobre y débil entonces ¿Cómo es que? – pregunta Gurrel muy impactado e intrigado y comienza a mirar todo la habitación de lujo donde se encuentran.  
- Si quieres saber como es que me estas entrevistando en la sala principal de esta mansión... la historia te lo responderá... el por que ahora soy una de las personas mas millonarias de todo Valquiria – responde Sebastian al ponerse de pie, haciéndole una señal a Gurrel de que se levante y lo siga, ambos comienzan a caminar.
Pero estas en lo correcto, la familia Phantomhive era una familia denigrada y humillada por el echo de ser la mas pobre y por razones que en esos días desconocía, según también éramos la familia mas débil, según la declaración del actual gobernador de ese entonces, por esa razón yo y mi hermano Ciel queríamos acabar con esas humillaciones por eso tanto Ciel como yo entrenábamos tan arduamente... pero Ciel se lo tomo demasiado serio, puesto que descansaba muy poco y nunca estaba dentro de casa siempre entrenando en el bosque a solas ... lo que Ciel siempre se pregunto pero nunca entendía era el por que nuestro padre “EMET PHANTOMHIVE” nos había sumergido en la pobreza y humillación total que sufríamos en ese entonces... yo también por mi corta edad me hacia las mismas preguntas muy repetitivamente, eso fue hasta que descubrí la verdad...
-  Gurrel pensando mirando la puerta de una habitación de color blanco – No puede ser... “EMET PHANTOMHIVE” - El nombre de su padre es el mismo de...- comenta Gurrel nuevamente sorprendido mientras se detienen al frente de aquella puerta.
- Si, es el mismo nombre que el de la persona que en este momento esta pasando por tu cabeza y es el mismo nombre que paso por la cabeza de todos los ciudadanos de Valquiria, en ese entonces todos lo conocían finalmente... pero de que manera fue su reconocimiento.... – dice Sebastian mientras entran a una habitación de la mansión llena de fotografías empolvadas de su familia y de Alois recorriéndolas rápidamente una por una con la mirada mientras cierra los ojos.
- ¡¿Entonces su padre era...?¡ - trata de preguntar Gurrel mientras mira todas las fotografías del padre de Sebastian, un hombre joven, sonriente, de pelo corto, de ojos azules muy brillantes, Gurrel queda en shock.
- Si, mi padre era esa persona... pero si quieres conocer la verdadera historia entonces sigue escuchándome... – dice Sebastian mientras lo mira a los ojos y cierra la puerta de aquella habitación.
- Adiós Sebastian – Alois se despedía siempre de mi de la misma forma seca y rápida tal vez para evitar disgustos con su padre eso creía yo al menos.
- Adiós Alois – yo trataba de hacerlo de la misma forma pero al menos yo no la hacia para evitar problemas, si no por que ya no soportaba esas friolentas miradas que se clavaban por todo mi cuerpo como dagas nada dóciles pero si muy dolorosas.



El joven príncipe se retiraba molesto con su padre de el lugar de la batalla.
- Padre, ¿Por qué no me permites convivir con Sebastian?... tu fuiste el que me dijo que hiciera algunos amigos – comenta Alois a su padre cuando se marchaban en la carrosa real sentándose en la ventanilla izquierda.
- Tienes razón Alois, yo te lo sugerí y nunca te he restringido nada pero los “PHANTOMHIVE” son una familia con la que no quiero y no aceptare tener alguna relación. Me entendiste bien Alois – dice Derek mientras mira por la ventanilla derecha de la carrosa observando el paisaje del interminable numero de arboles inmensos que cubrían todo ángulo de posible vista.
- Pero padre... ¿los conoces, como puedes juzgarlos así? – cuestiona Alois y obliga a Derek a mirarlo a los ojos recargándose completamente en el sillón de tercio pelo rojo que adornaba el interior de la carrosa.
 - Alois, yo se por que te digo las cosas y por lo que ha este tema respecta queda cerrado ¿de acuerdo? – dice Derek mientras toma a Alois de la cara.
- Siento que hay muchas cosas que me ocultas padre – menciona Alois mientras mira el paisaje de la fachada del castillo postrado en las colinas verdes del reino aproximándose por la otra ventanilla dela carrosa.
Ese día después de que Alois se fuera me quede un rato en la llanura sobre una roca que se encontraba semi inclinada de lado izquierdo de un árbol mirando al suelo tierroso que tenia las marcas de mis zapatos empolvados y desgastados, pensando y recordando esas miradas de Derek y de Claude, no podía dejar de preguntarme por que tanto desprecio hacia mi familia por razones que no me parecían justas, pasadas unas horas decidí ir a caminar aun con esas miradas y esos pensamientos retumbando como campana en mi cabeza, decidí no ir a casa y camine sin rumbo por el sendero angosto de la llanura que se dirigía hacia el interior del bosque mas allá de los limites del reino por unos minutos hubiera deseado no haberlo echo por que fue entonces cuando lo conocí a el.....
- Conocí a quien cambiaria mi vida desde el primer momento en que lo vi... conocí a “MIKAEEL KELLER” – dice Sebastian apretando los puños y los dientes mientras caminaban por el pasillo de la mansión dirigiéndose nuevamente a la habitación principal de la mansión y se vuelven a sentar en los sillones nuevamente.
Estaba caminando por el bosque mirando hacia el piso re pensando en las mismas cosas, pero lo suficientemente consiente de mi alrededor que pude percibir como se aglomeraban cada ves mas y mas nubes negras en el cielo, cuando me tope con el, Mikaell estaba vestido con una túnica blanca que le cubría la cabeza lo suficientemente larga como para cubrirle la mitad de la cara y llegando hasta el borde de los ojos, una bata lo suficientemente larga para cubrirle hasta los pies sin arrastrarle y las mangas tan largas que le cubrían los brazos (estilo egipcia) era un estilo raro que nunca había visto antes y lo mas extraño en ese momento era que me miraba muy fijamente a los ojos su mirada me hizo nuevamente recordar las miradas de Claude y Derek.
- ¿Quién eres tu? -  le pregunte mientras me hacia asía atrás tratándome de alejar rápidamente con miedo, entonces tropecé y caí al suelo, al momento de mi caída solo pude escuchar el terrible chocar de un inmenso rayo chocando contra el piso no muy lejos de donde estábamos, el cual anunciaba el inicio de una terrible tormenta.
- A partir de este momento tu vida no volverá a ser la misma “Sebastian Phantomhive” – me dijo mientras se inclinada en cuclillas frente a mí y me puso el dedo índice de su mano derecha sobre mi frente mientras activaba una especie de sharingan.
- ¡¿Ese es un sharingan?! – grite tratando de huir de allí sin poder conseguir nada como si hubiera un campo de fuerza que se expulsara de su dedo y era el que me impedía escapar, antes de que perdiera la conciencia solo las inmensas y violentas gotas de lluvia acompañados de feroces rayos cayendo contra el suelo, vi el destello del sharingan saliendo de sus ojos.
- ¡Sharingan del sello muéstrale lo inminente! – grito al activar ese extraño sharingan.
Entonces... sucedió.
- Espere-  señalo el periodista deteniendo la naracion. -¿Qué sucede? – pregunta Sebastian.
-La cinta se a terminado, tendre que cambiar a otra.- señalo el joven mientras tomaba una nueva cinta de su mochila. Sebastian suspira y termina de beber el café semi tibio por el tiempo transcurido y mira por la ventana observando la noche naciente. –Listo- indica el periodista. Sebastian se  puso de pie. – No, por hoy será todo, quiero descansar, si quieres puedes volver mañana, por hoy es todo – indica el elegante joven y se marcha de la habitación.
-Si, de acuerdo – dice el invitado al retirarse. – hasta mañana señor Evan.
-Si, lo veo mañana – se despidió cortésmente el joven trabajador.
- ¿Qué le sucede señor Sebastian? – pregunto el anciano.
-Me conoces muy bien, Evan – responde el dueño de la mansión.
-Llevo a su servicio una década señor, se cuando algo le pasa – añade el trajeado encargado.
-Si, solo que, recordar a Alois fue algo muy duro para mi – repuso Sebastian.
 -Entonces debería de detener la entrevista – aconsejo el sabio anciano.
-No, por ahora, hasta mañana Evan –finalizo el hombre y salió de la habitación rumbo al segundo piso.  
-Hasta mañana, señor. – respondió el anciano. – ¡hay!, señora Victoria, si supiera lo que está sufriendo su nieto – dice el mayordomo con vos leve mirando el inmenso cuadro de la chimenea y apaga todo la chimenea.   

FINAL DEL CAPITULO 1

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