Los Guerreros del Sharingan.
Capitulo 1. Alois, Sebastian y el Sharingan I
Todo – VALQUIRIA – se encontraba rodeado por ciudadanos que tenían o
ansiaban tener una de las mas antiguas magias del universo, la magia del
legendario SHARINGAN, el cual te brinda fuerza, velocidad y cosmos...Valquiria
anteriormente estaba dividida en dos reinos, gracias al inmenso y al parecer
hasta donde se sabe, interminable bosque lleno de llanuras, ambos reinos
estaban muy separados uno del otro, eso era hasta que después del la guerra del
Macross, declarado por el rebelde, DIMITRI LEIT, el rey de ese entonces,
ordenara destruir toda la parte boscosa que separaba a ambos reinos, para
volverlos uno y transformándolos en la Valquiria que conocemos hasta el momento...
claro que solo fue para obtener el poder total de todos los posibles usuarios
del Sharingan. Hasta incluso los niños, solo ansiaban crecer y volverse fuertes
para ser usuarios de aquella legendaria energía visual, pues después de aquella
intrigante guerra el mundo entero había cambiado... incluso Sebastian, a sus 12
años solo buscaba fortalecerse con el duro entrenamiento que sostenía con su
mejor amigo de ese entonces, “ALOIS TRANCY”, un joven de la misma edad, con un
carácter fuerte y una nada sutil avaricia por el poder y la supremacía. Los
entrenamientos los llevaban a cabo en una llanura a las afueras de la ciudad, donde
siempre se reunían para jugar, pero ahora lo hacían para pelear uno contra el
otro, ambos solo ansiaban ser lo suficientemente fuertes para finalmente algún
día, poseer el legendario sharingan y ser grandes guerreros como las leyendas
que nacieron de aquella guerra...
- ¿y su amigo Alois? – pregunta Gurrel mientras lentamente analiza la habitación en donde se estaba
llevando a cabo la entrevista.
Aquella habitación muy lujosa, llena de fotografías de paisajes de valquiria
y de siluetas irreconocibles, cuadros nada comunes pero de entre todos, solo
uno destacaba, el cuadro enorme colgado sobre la chimenea de una mujer adulta
sosteniendo en brazos a un bebe recién nacido.
- Permíteme contarte toda
la historia, puedes formularme las preguntas que quieras, pero no seré yo quien
te las responda, dejare que sea la misma historia quien lo haga – respondió el hombre muy educado y asintiendo con la mirada, mientras abre
los ojos PERMITIENDO la estrado de la leve luz de la habitación a sus pupilas,
mirando a su acompañante y volviéndolos a cerrar para concentrarse en la
respuesta.
- El día que todo comenzó
Alois y yo estábamos entrenando en la llanura de siempre a las afueras de la
ciudad como solíamos hacerlo. En ese entonces, tanto Alois como yo desconocíamos
muchas cosas sobre nuestras respectivas familias. Pues era natural que a
nuestra corta edad se nos ocultaran ciertas cosas, que tal ves, no eran de
nuestra importancia... pero fue ese día nubloso y frio en donde todo se empezó
a revelar poco a poco... – comienza su narración el
entrevistado.
- ¡¡ Alois vámonos ya ¡!
– Grito en vos furiosa un hombre al fondo de la
llanura que dejaba ver una silueta de un
hombre alto que se acercaba hacia los cansados y sucios muchachos pasando por
de entre las ramas de todos aquellos arboles que acompañaban el paisaje y
delimitaban el campo de batalla de los contendientes.
La voz de el padre de Alois, “Derek Trancy” y su sola presencia irrumpieron
el entrenamiento de los jovenes, además de que el rostro de Sebastian asomava
por sus dilatadas pupilas terror.
-Tal vez Alois era como
era, alguien muy solitario y frívolo por culpa del como era su padre; Ese
hombre alto, fornido, caucásico, de ojos verdes, elegante pero de fuerte
carácter a quien ya me había acostumbrado a ver furioso con migo o por mi – añadió el caballero a su narración.
- ¿Espere dijo usted
“Derek Trancy”?, ¿Qué acaso no es el nombre de...? – el visitante quedo estático con la boca abierta sin poder formular la
pregunta mientras mira fijamente el azulejo recién pulido de color mármol que
adornaba el piso del aquella inmensa habitación en el cual se reflejaba en
pequeñas partes el retrato de la mujer de la chimenea.
- Si sabes las respuestas
¿Por qué formulas las preguntas?, pero tardaste mucho en deducirlo – repone Sebastian.
- Si, mi mejor amigo
Alois Trancy es ahora el actual soberano de – Valquiria – comenta Sebastian y suelta un suspiro mientras mira detenidamente un
inmenso anillo adornado con una gema blanca, cuya base de oro de 24 quilates encajaba
perfectamente en el dedo índice de su mano izquierda.
Alois Trancy era hijo directo de la familia real del reino de Valquiria, la
misma familia que había gobernado desde el principio de la guerra y por
consiguiente era heredero a la corona real.
- Esa era una de las
causas de muchos secretos que se desembocaban de nuestras familias, pero en ese
momento eran cosas que aun ignorábamos... – añade
Sebastian.
-Señor Sebastian, con
permiso, aquí le traigo un poco de café para usted y su invitado- la vos del anciano mayordomo irrumpió la atmosfera de la entrevista.
-Adelante Evan, gracias –
asiente el hombre joven. Ambos sujetos toman una elegante
tasa de cristal con un platillo como base.
- Me retiro señor, con su
permiso – dice el anciano al cerrar la puerta.
- Me decía de su amigo
Alois – indica el periodista dando indicación a con tinuar
con la entrevista.
- Además de su padre
llego ese dia a la llanura su mayordomo “Claude Lixt”- continua Sebastian, mientras torcía la mueca dejando ver un mal recuerdo
que atravesaba su mente.
Claude Lixt, el mayordomo de la familia Trancy, un hombre alto, delgado,
caucásico, con ojos de color mas oscuros que la noche, pero que al mismo tiempo
reflejaban una alma obscura, llena de maldad, con un cabello lo suficientemente
lago como para cubrirle aquellos terroríficos ojos, pero lo suficientemente
negro como para camuflagearze con ellos
y unos labios tan delgados como rojos de un estilo vampírico, la cara del joven Sebastian reflejaba un verdadero
terror.
- El realmente si me daba mucho
miedo- re afirmaba Sebastian a su relato.
El joven periodista se sumergió en un pensamiento muy detallado, mirando al
techo de color blanco desviando su mirada hacia aquella enorme lámpara inmensa
de cristal que adornaba la habitación
– “Claude Lixt... pero
que no ese es el apellido del actual soberano de Valquiria. Entonces ¿Qué paso
con Alois Trancy?” – pone una expresión de impresión.
El mayordomo de la familia Trancy protegía en extremo a Alois no lo dejaba solo
mas de diez minutos evitar a toda costa que contrajera alguna enfermedad y manteniéndolo
en continuos estudios.
- Claude protegía a Alois
de una forma muy exagerada pero en esos días aquella sobre protección se me
hacia algo normal... pero realmente lo que nunca se me hizo normal era la
expresión de odio con la que tanto Claude y Derek me miraban... realmente sabia
que me odiaban el caso es que no sabía porque -
Sebastian cierra nuevamente los ojos.
- Joven Alois, obedezca a
su padre tenemos que regresar al palacio – dijo
Claude mientras miraba a Sebastian con una especie de asco mientras bajaba del
frente de la carrosa real en donde se transportaban los Trancy.
- ¿Pero padre...? – trata de preguntar Alois poniendo una expresión de tristeza a la que ya
era normal ver en su rostro pues los enojos de Derek por encontrarlo con
Sebastian ya eran naturales.
- ¡! PERO NADA TE LO HE
DICHO UNA Y MIL VECES TU ERES UN TRANCY Y ERES EL PRÓXIMO HEREDERO A LA CORONA
REAL DE VALQUIRIA ASÍ QUE NO DEBES JUNTARTE CON GENTE DE TAN BAJA CLASE ¡¡ - grito aquel elegante hombre mientras por intervalos de dos segundos miraba
a ambos muchachos.
- Siempre era la misma
replica de el padre de Alois el tema de las clases sociales – añadió el entrevistado.
- Su padre tiene razón
joven Alois usted es el único heredero de la familia Trancy y debe comportarse
a la altura de su apellido – comento el
elegante mayordomo mientras se inclina en señal de reverencia, mientras al
alzar la mirada esos ojos y ese cabello lanzaban una mirada horripilante hacia
el cuerpo adolecente de Sebastian.
En ese momento fue cuando me di cuenta de muchas cosas, como por ejemplo
que Alois y yo nunca íbamos a poder congeniar entre nosotros libremente, por la
indignación de nuestras familias, pero en ese entonces tenia que soportar todo
eso puesto que la verdadera razón por la cual me quería volver lo suficiente
mente fuerte y despertar el poder del sharingan era para proteger a mi hermano
menor, “Ciel Phantomhive” un joven débil, de tan solo 11 años de edad.
- Ciel Phantomhive... ¿no
es ese el nombre del...? – trata de preguntar
Gurrel al ser interrumpido por Sebastian mientras clava las uñas en los brazos
de piel del sillón.
- Te dije que la historia
te respondería todas tus preguntas... escúchame muy bien... ¡SI CIEL
PHANTOMHIVE ES MI HERMANO MENOR¡ - le responde
Sebastian después de interrumpirlo alzando la voz en tono de grito mientras
enfoca su mirada en una habitación del fondo.
Mi hermanito no era alguien muy fuerte y por esas mismas razones no podía
defenderse por su cuenta; a pesar de solo llevarnos un año de diferencia mi
desarrollo era muchísimo mayor que el suyo, la diferencia radicaba en que yo
siempre entrenaba con Alois en la llanura mientras Ciel siempre prefería estar
solo... así era el... tal ves era por el echo de ser tan pobres...
- Espere me esta diciendo
que usted era pobre y débil entonces ¿Cómo es que? – pregunta Gurrel muy impactado e intrigado y comienza a mirar todo la
habitación de lujo donde se encuentran.
- Si quieres saber como
es que me estas entrevistando en la sala principal de esta mansión... la
historia te lo responderá... el por que ahora soy una de las personas mas
millonarias de todo Valquiria – responde
Sebastian al ponerse de pie, haciéndole una señal a Gurrel de que se levante y
lo siga, ambos comienzan a caminar.
Pero estas en lo correcto, la familia Phantomhive era una familia denigrada
y humillada por el echo de ser la mas pobre y por razones que en esos días desconocía,
según también éramos la familia mas débil, según la declaración del actual
gobernador de ese entonces, por esa razón yo y mi hermano Ciel queríamos acabar
con esas humillaciones por eso tanto Ciel como yo entrenábamos tan
arduamente... pero Ciel se lo tomo demasiado serio, puesto que descansaba muy
poco y nunca estaba dentro de casa siempre entrenando en el bosque a solas ...
lo que Ciel siempre se pregunto pero nunca entendía era el por que nuestro
padre “EMET PHANTOMHIVE” nos había sumergido en la pobreza y humillación total
que sufríamos en ese entonces... yo también por mi corta edad me hacia las
mismas preguntas muy repetitivamente, eso fue hasta que descubrí la verdad...
- Gurrel pensando mirando la puerta de una
habitación de color blanco – No puede ser... “EMET PHANTOMHIVE” - El nombre de
su padre es el mismo de...- comenta Gurrel
nuevamente sorprendido mientras se detienen al frente de aquella puerta.
- Si, es el mismo nombre
que el de la persona que en este momento esta pasando por tu cabeza y es el
mismo nombre que paso por la cabeza de todos los ciudadanos de Valquiria, en
ese entonces todos lo conocían finalmente... pero de que manera fue su reconocimiento....
– dice Sebastian mientras entran a una habitación de
la mansión llena de fotografías empolvadas de su familia y de Alois recorriéndolas
rápidamente una por una con la mirada mientras cierra los ojos.
- ¡¿Entonces su padre
era...?¡ - trata de preguntar Gurrel mientras mira todas las
fotografías del padre de Sebastian, un hombre joven, sonriente, de pelo corto,
de ojos azules muy brillantes, Gurrel queda en shock.
- Si, mi padre era esa
persona... pero si quieres conocer la verdadera historia entonces sigue
escuchándome... – dice Sebastian mientras lo
mira a los ojos y cierra la puerta de aquella habitación.
- Adiós Sebastian – Alois se despedía siempre de mi de la misma forma seca y rápida tal vez
para evitar disgustos con su padre eso creía yo al menos.
- Adiós Alois – yo trataba de hacerlo de la misma forma pero al menos yo no la hacia para
evitar problemas, si no por que ya no soportaba esas friolentas miradas que se
clavaban por todo mi cuerpo como dagas nada dóciles pero si muy dolorosas.
El joven príncipe se retiraba molesto con su padre de el lugar de la
batalla.
- Padre, ¿Por qué no me
permites convivir con Sebastian?... tu fuiste el que me dijo que hiciera
algunos amigos – comenta Alois a su padre
cuando se marchaban en la carrosa real sentándose en la ventanilla izquierda.
- Tienes razón Alois, yo
te lo sugerí y nunca te he restringido nada pero los “PHANTOMHIVE” son una
familia con la que no quiero y no aceptare tener alguna relación. Me entendiste
bien Alois – dice Derek mientras mira por
la ventanilla derecha de la carrosa observando el paisaje del interminable
numero de arboles inmensos que cubrían todo ángulo de posible vista.
- Pero padre... ¿los
conoces, como puedes juzgarlos así? – cuestiona
Alois y obliga a Derek a mirarlo a los ojos recargándose completamente en el
sillón de tercio pelo rojo que adornaba el interior de la carrosa.
- Alois, yo se por que te digo las cosas y por
lo que ha este tema respecta queda cerrado ¿de acuerdo? – dice Derek mientras toma a Alois de la cara.
- Siento que hay muchas
cosas que me ocultas padre – menciona
Alois mientras mira el paisaje de la fachada del castillo postrado en las
colinas verdes del reino aproximándose por la otra ventanilla dela carrosa.
Ese día después de que Alois se fuera me quede un rato en la llanura sobre
una roca que se encontraba semi inclinada de lado izquierdo de un árbol mirando
al suelo tierroso que tenia las marcas de mis zapatos empolvados y desgastados,
pensando y recordando esas miradas de Derek y de Claude, no podía dejar de
preguntarme por que tanto desprecio hacia mi familia por razones que no me
parecían justas, pasadas unas horas decidí ir a caminar aun con esas miradas y
esos pensamientos retumbando como campana en mi cabeza, decidí no ir a casa y camine
sin rumbo por el sendero angosto de la llanura que se dirigía hacia el interior
del bosque mas allá de los limites del reino por unos minutos hubiera deseado
no haberlo echo por que fue entonces cuando lo conocí a el.....
- Conocí a quien
cambiaria mi vida desde el primer momento en que lo vi... conocí a “MIKAEEL
KELLER” – dice Sebastian apretando los puños y los dientes
mientras caminaban por el pasillo de la mansión dirigiéndose nuevamente a la
habitación principal de la mansión y se vuelven a sentar en los sillones
nuevamente.
Estaba caminando por el bosque mirando hacia el piso re pensando en las
mismas cosas, pero lo suficientemente consiente de mi alrededor que pude
percibir como se aglomeraban cada ves mas y mas nubes negras en el cielo, cuando
me tope con el, Mikaell estaba vestido con una túnica blanca que le cubría la
cabeza lo suficientemente larga como para cubrirle la mitad de la cara y
llegando hasta el borde de los ojos, una bata lo suficientemente larga para cubrirle
hasta los pies sin arrastrarle y las mangas tan largas que le cubrían los
brazos (estilo egipcia) era un estilo raro que nunca había visto antes y lo mas
extraño en ese momento era que me miraba muy fijamente a los ojos su mirada me
hizo nuevamente recordar las miradas de Claude y Derek.
- ¿Quién eres tu? - le pregunte mientras me hacia asía
atrás tratándome de alejar rápidamente con miedo, entonces tropecé y caí al
suelo, al momento de mi caída solo pude escuchar el terrible chocar de un
inmenso rayo chocando contra el piso no muy lejos de donde estábamos, el cual
anunciaba el inicio de una terrible tormenta.
- A partir de este
momento tu vida no volverá a ser la misma “Sebastian Phantomhive” – me dijo mientras se inclinada en cuclillas frente a mí y me puso el dedo
índice de su mano derecha sobre mi frente mientras activaba una especie de
sharingan.
- ¡¿Ese es un sharingan?!
– grite tratando de huir de allí sin poder conseguir
nada como si hubiera un campo de fuerza que se expulsara de su dedo y era el
que me impedía escapar, antes de que perdiera la conciencia solo las inmensas y
violentas gotas de lluvia acompañados de feroces rayos cayendo contra el suelo,
vi el destello del sharingan saliendo de sus ojos.
- ¡Sharingan del sello
muéstrale lo inminente! – grito al activar ese
extraño sharingan.
Entonces... sucedió.
- Espere- señalo el periodista deteniendo la naracion.
-¿Qué sucede? – pregunta Sebastian.
-La cinta se a terminado,
tendre que cambiar a otra.- señalo el joven mientras tomaba una nueva cinta de
su mochila. Sebastian suspira y termina de beber el café semi tibio por el
tiempo transcurido y mira por la ventana observando la noche naciente. –Listo-
indica el periodista. Sebastian se puso
de pie. – No, por hoy será todo, quiero descansar, si quieres
puedes volver mañana, por hoy es todo – indica el elegante joven y se marcha de
la habitación.
-Si, de acuerdo – dice el
invitado al retirarse. – hasta mañana señor Evan.
-Si, lo veo mañana – se despidió cortésmente el joven trabajador.
- ¿Qué le sucede señor
Sebastian? – pregunto el anciano.
-Me conoces muy bien,
Evan – responde el dueño de la mansión.
-Llevo a su servicio una década
señor, se cuando algo le pasa – añade el
trajeado encargado.
-Si, solo que, recordar a
Alois fue algo muy duro para mi – repuso
Sebastian.
-Entonces debería de detener la entrevista – aconsejo el sabio anciano.
-No, por ahora, hasta
mañana Evan –finalizo el hombre y salió de
la habitación rumbo al segundo piso.
-Hasta mañana, señor. – respondió el anciano. – ¡hay!, señora
Victoria, si supiera lo que está sufriendo su nieto – dice el mayordomo con
vos leve mirando el inmenso cuadro de la chimenea y apaga todo la chimenea.
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Por favor respeta esta obra y no la robes ni la modifiques considera que es para entretener a lectores con nuevas formas de lectura y me cuesta mucho esmerarme para que esto salga bien a si que por favor respeta los derechos de autor.Por tu comprensión Gracias.