Los Guerreros del Sharingan.
Capitulo 8. Secretos de familia –
Alois vs Sebastian I
El anochecer se asomaba
en el cielo de valquiria ambos hombres decidieron entrar a la mansión y se dirigieron
a la sala principal, se sentaron frente a la chimenea que ardía de una forma
incesante, el movimiento formaba sombras escalofriantes contra el suelo.
- ¿Que fue lo que mikaell
le dijo? – pregunto el trabajador.
Evan entro con dos tazas
de te por la entrada derecha de la habitación, deposito la charola en la
mesilla que estaba entre los dos sillones de los hombres.
Sebastian miro las llamas
de la chimenea como quemando en su movimiento las ganas de desplomarse en
llanto por los recuerdos que esto le conllevaba.
- ¿A qué te refieres con
secretos? – lo interrogue acercándome a él.
- No te has preguntado
¿Por qué Alois Trancy es como es ahora? – me interrogo viéndome fijamente a los
ojos.
-¡¡Es por tu culpa Alois
cambio desde el día que te conocí... después tú y tu maldita magia me quitaron
a mi amigo¡¡ - le grite -... si pudiera acabaría contigo – añadí.
Baje la mirada y viendo
hacia las marcas de mis zapatos marcados en ella... recordé que eran el mismo
tipo de marcas que vi el día en que me senté en aquella roca para descansar y decidí
caminar para encontrarme con Mikaell.
- Te equivocas Sebastian
Phantomhive. Yo solo llegue a ustedes concediendo tu deseo – me respondido.
- ¿Qué estás diciendo?
¿Cuál deseo? –
- Ese día para tus pensamientos deseaban la forma de
demostrarle a Derek Trancy que no eras tan débil como él creía. Tu deseabas
poder. –
Su mirada se clavo como
cuchillas en mis ojos, es esos ojos pude ver que lo que él me decía era cierto,
yo ansiaba poder, para destruir a Derek Trancy. Di un paso hacia atrás al
recordar esas miradas, me llene de rabia, cerré los ojos negando ese
pensamiento.
-yo solo entre a sus
vidas para abrirles las puestas de su destino – me reafirmo.
-¿Qué? Desde que te
encontré aquel día todo ha cambiado has venido a destruirme la vida –
Le reclamo conteniendo
las lagrimas en mis ojos, solo pensaba en que Alois y yo aun podríamos haber
estado juntos si no hubiera sido por Mikaell.
- Escúchame muy bien
Sebastian Phantomhive – me tomo de la cara y me mira con fijeza. - la hora de que tú te enfrentes a tu destino está
demasiado cerca – me soltó el rostro y se giro dándome la espalda. - así que deberías
de prepararte mejor y dejar de estar reclamando cosas que tal vez no tengan
sentido...-
-¿Cuál destino?... – lo
cuestione - desde que te conocí solo hablas del destino... tu maldito destino
me hiso perder a mi mejor amigo y me hizo pelear contra mi hermano –
Mis palabras brotaban
escupiendo odio, la saliva que gastaba representaban las lagrimas que me quemaban
por dentro.
-Sebastian... ¿ya
acabaste?... – me interrumpió.
Me quede perplejo al ver
la serenidad con la que me preguntaba al darse la vuelta y verme nuevamente.
- no lo entiendes
¿verdad?... desde el momento en que sus padres nacieron Alois y tu estaban
destinados a odiarse –
Fue como si esas palabras
me cerraran la garganta no pude articular ni una sola palabra.. lo mire
fijamente por un periodo largo y cuando finalmente recupere el habla le
pregunte – que... co... como... – tartamudee - ¿a qué te refieres con eso?... ¿qué hicieron
nuestros padres como para odiarse tanto? ¿Como para que Alois y yo nos
odiáramos desde su nacimiento?
Mil dudas se dispersaron
por mi mente... la imagen de Derek Trancy y mi padre aparecieron por doquier no
sabía si me estaba volviendo loco.
- No es que hayan hecho
algo ni sus padres ni ustedes... simplemente en ustedes recayó la
responsabilidad de terminar con la disputa entre sus familias – me comento con
una seguridad impresionante expulsándose de sus palabras.
- ¿Cual disputa? ¿De qué
hablas? – lo cuestione.
- de la disputa que
origino las decisiones de tu abuelo –
Sebastian trago saliva desasiendo
el nudo de lágrimas en su garganta.
-¿está bien señor
Sebastian? – pregunto el joven frente a él-
-si...- respondió. – Mi
abuelo... yo no conocí a mi abuelo – le mencione.
-y... ¿sabes por qué no?
–me pregunto, lo mira incrédulo,
-no... Nunca me han
contado nada en particular de mi abuelo – le respondí mirando al suelo.
Mikaell me tomo de la
cara y me miro fijamente a los ojos. – Te contare un secreto... pero habrá que
esperar un poco mas - me indico.
- ¿Qué secreto, que sabes
tú de mi familia? – lo cuestione. - Solo
aguarda poco tiempo – me ordeno.
-¿Qué... a quien vamos a
esperar? – le pregunte. - a la otra víctima de todo esto- me respondió.
-¿Victima? – inquirí. - Alois Trancy- me respondió.
Tiempo transcurrido ambos
nos quedamos esperando, tal vez internamente quería volver a ver a mi amigo,
Mikaell solo miraba fijamente al caminillo de la llanura que terminaba justamente
en donde estábamos nosotros, tras haber pasado aproximadamente como una hora Mikaell
soltó una sonrisa discreta, enfoque mi vista en el fondo de el camino de entre
las hojas comenzaba a visualizarse la silueta de Alois, cuando finalmente pude
visualizar el cuerpo de Alois, me percate de que ya no era el Alois Trancy que
yo conocía.
-Alois... Trancy...-
-¿Sebastian estas con
vida.... cuanto tiempo sin vernos?... veo que sigues siendo el mismo debilucho
que siempre... –
Al oír el tono burlón con
el cual preguntaba me enfade, pude percatarme como la jema negra del anillo de
su mano derecha apuntaba directamente a la jema blanca del anillo de mi mano
izquierda.
- Entonces si fuiste tú
quien ordena que me asesinaran ¿verdad? – lo mire.
- si – me respondió al
instante. Lo mire incrédulo – y no lo niegas – le replique.
-Sebastian tu y toda tu
familia son simple basura que hay que desechar del imperio que gobernare en
unos años – me comento.
Sebastian apretó los
puños y el fuego de a chimenea se intensifico. – Seños Sebastian... ¿esta bien?
– pregunto el anciano mayordomo.
- Si – respondió el.
- Basta... ese no es de
lo que quiero hablar con ustedes –
Mikaell irrumpió la
tención del momento.
-
Bueno habla
ya, ¿para que nos hiciste venir? – pregunto arrogante Alois.
El viento soplo
bruscamente contra nosotros Mikaell clavo su mirada en ambos anillos
alternadamente.
-
¿Qué sucede habla
de una ves por todas – le demande.
-
Alois Trancy,
Sebastian Phantomhive… ustedes dos tienen su historia desde el inicio de sus
familias… ¿Ustedes saben por que se odian tanto? – la mirada de Mikaell se encendió
en intriga.
-
Si, los
phantomhive son la familia de mas baja clase que existe en valquiria y nosotros
como los reyes de valquiria debemos limpiar el pueblo de gente como ellos – respondió
Alois.
En ese momento al
escuchar sus palabras una enorme frustración recorrió por mi mente, era el odia
que sentía hacia el… o tal vez hacia esas palabras que el articulaba con tanto
odio.
-
¿y si te
dijera que, los Phantomhive, llevan tu misma sangre? –
No pude ocultar mi
sorpresa al escuchar esas palabras, un sudor frio recorrió todo mi cuerpo, al
mirar a Alois, su rostro tenia una mirada inexpresiva, sus ojos parecían salirse
de sus cuencas y pude ves como sus músculos se tensaban.
-
¡Mientes¡ -
exclamo. Esta familia no puede tener ningún parentesco con la mía.
-
Pues, lamento
informarte “Príncipe Alois” que tu y Sebastian Phantomhive son Familia.
Esas palabras chocaron en
mi cabeza como una bomba nuclear en la tierra. – Fa… familia…. – tartamudeé.
Sentí como todo mi cuerpo
se paralizo no podía mover ningún musculo de mi cuerpo.
-
Si, ustedes
dos son familia, por eso se conocieron, la sangre que corre en sus venas hizo
que se juntaran, como amigos para llegar
a este momento, para eso yo llegue a sus vidas – comento el.
Esas palabras retumbaban
en mi cabeza como campanas agitadas, no lo podía creer, o mas bien no lo quería
creer, no podía creerlo, no podía aceptarlo.
-
No, no, no
quiero… ¡¡NOOOO¡¡ - grito Alois al cielo que comenzaba a nublarse.
-
Al ver esa próxima
tormenta, recordé que así lucia el cielo ese día que todo comenzó… - Añadió
Sebastian a su trágica narración.
Gurrel se quedo pálido al
escuchar ese relato que aquel hombre le narraba. Evan agacho su mirada al
regresar a esconderse detrás de la puesta izquierda y dejo caer una lágrima de
sus ojos.
-
No aceptare
que una escoria como tu y tu familia lleve mi misma sangre no lo aceptare,
Sebastian tu siempre serás inferior a mi, acéptalo. ¡¡Nunca serás como yo¡¡ -
me grito en tono de reclamo.
Cuando escuche sus palabras
me enfurecí, agache mi mirada y le pedí a el cielo que eso fuera mentira, solo
recuerdo que cuando Alois grito una lagrima se deslizo por mi mejilla y perdí
la cabeza, el ambiente, la atmosfera se volvió muy extraña, era la misma
atmosfera que sentía cuando Mikaell activaba su sharingan, pero lo ignore.
-
¡¡¡BASTA¡¡ -
le grite y corrí hacia el.
-
No, ¡ese es
el sharingan¡ – exclamo Alois.
Golpee a Alois en el
rostro con el anillo impactándose primero, nunca me había sentido tan fuerte,
ni tan ágil, sentí como una fuerza recorría todo mi cuerpo y me llenaba de
poder,
-
Supe que había
activado mi sharingan finalmente – dijo sebastian destrozando la taza que estaba
frente a el con sus manos, el fuego de la chimenea se enloqueció y el ambiente
se lleno de cosmos. Gurrel miro a Sebastian y vio un sharingasn borroso en sus
ojos.
Ataque repetidamente a
alois en el rostro. – no, no, no, no, insultes a mi familia – le repetía conforme
lo golpeaba. Comencé a golpearle todo el cuerpo, había perdido la cabeza. No podía
detenerme, hasta que unas gotas de sangre salpicaron mi rostro reaccione.
-
A ver el
rostro de Alois me aleje de el… pero –
-
No, no… no
puede ser… que…. Un imbécil como tu halla activado su sharingan antes que yo –
articulo mientras apoyándose del tronco de un árbol se ponía de pie, ya no pude
notar la presencia de Mikaell,
-
¡¡NO ME
DEROTARAS¡¡ - al alzar su mirada el ambiente se volvió escalofriante y en el rostro
de Alois se dejaba ver como se activaba un sharingan maligno.
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Por favor respeta esta obra y no la robes ni la modifiques considera que es para entretener a lectores con nuevas formas de lectura y me cuesta mucho esmerarme para que esto salga bien a si que por favor respeta los derechos de autor.Por tu comprensión Gracias.